Puede empezar con un "Hola, Mi Amor...ya tú vienes?", que haría al receptor imaginarse una propuesta impublicable si su respuesta es positiva, y dice sí. Generalmente no es así; a esa pregunta, cada vez más le sigue un "ah, pues para que te pares en el súper y me traigas...".
Es la nueva generación de hombres en cobarta y cara de cansancio, cargando canastitas repletas de "rellenos" que preguntan marcas por su celular y, con poca paciencia, toman cualquier cosa que se le parezca a lo que creyeron haber escuchado.
Son maravillosas oportunidades ambulantes de entrar a hogares a los que, por años, la mujer ha cuidado que no entren sino las marcas que ella prefiere. Es el momento para que la marca B ofrezca un sampling que puede terminar en una venta. Aunque muchas veces, la entrada a ese añorado hogar no depende siquiera de ese impulso sino de la falta de preferencia con la que el "delegado" va a hacer el mandado.
Será que tal vez las mujeres llegan ya demasiado convencidas al supermercado y por eso no llevan nada diferente? Será verdad entonces que, las marcas, esas cositas en las que invertimos tanto, realmente facilitan la decisión y ahorran tiempo?
Claro que así es. Lo sabemos por cientos de estudios de los países desarrollados y que ponen camaritas a estudiar la conducta de la Doña frente a la góndola.
Pero ahí está ese respirito para tener una segunda oportunidad con ese hogar: el hombre de la cobarta que, despistado, le pregunta a una sra. cualquiera en el súper que cuál es la leche que le habrá dicho su mujer? que cuál lleva ella? y entonces decide llevar esa.
Ojalá algunas marcas se animen a samplear a eso de las 5 y pico y sólo a hombres con corbata y cara de cansancio, a ver qué pasa.
viernes, 15 de febrero de 2008
miércoles, 6 de febrero de 2008
La pelota hay que verla en mute
No lo he descubierto yo. Lo saben miles de fanáticos locales y espectadores eventuales. La pelota es el templo de la saturación de medios. En un partido, el narrador difícilmente aporta algo al disfrute del juego ya que tiene tantas menciones consecutivas que no le queda ni voz ni espacio para comentar sobre lo que está ocurriendo o sus implicaciones, como sí pasa en otros deportes y otras narraciones. Además, mientras las menciones hablan de La Pela, debajo, un cintillo o sobreimposición o crawler, habla de las cualidades de un buen salami; no que no estén en algo relacionados esos productos pero...hay que ejercitar el doble sentido al máximo. Como si eso no fuese confuso por sí mismo, en el fondo del play hay vallas que en ninguna toma ocupan de manera individual la pantalla completa así que estamos forzados a ver el medio mensaje de tres marcas, que cuando no son prácticas, ponen más que el logo.
Me llama la atención cuánta gente ahora ve partidos en mute y escucha los comentarios por radio a la vez o simplemente, no escucha nada y sólo disfruta de ver qué pasa, cuando uno de los "mentaos" letreritos no se mete en media pantalla.
Creo que se hace necesario que quienes comercializan los medios de "la pelota", entiendan que tienen una oportunidad de ofrecer mejores espacios más caros si organizan los mismos. La audiencia está, el show está montado, los equipos que se tienen que odiar se odian, los que tienen que pujar, pujan; ahora, los fanáticos tienen que poder ver y escuchar el partido.
No quieran ganarse tooooodo lo que les ofrecen pues pierden efectividad y es cuestión de tiempo que las grandes marcas se den cuenta de que están tirando una buena parte de la inversión. Es imposible hacer recall efectivo de la exposición a publicidad que hubo durante un partido cuando hay tantos mensajes al mismo tiempo.
Yo digo que limiten la cantidad y simultaneidad de mensajes, vendan paquetes para que haya consistencia de patrocinio, suban los precios y ofrezcan efectividad real a los anunciantes valiosos que se quieren aprovechar de la alta penetración del deporte y que lo mantienen "en juego".
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