miércoles, 26 de marzo de 2008

Responsabilidad Social o yo manejo bien, si no...

Se puso de moda y todavía muchos vehículos lo exhiben. Ese letrerito de Yo Manejo Bien, Si No, llame a tal número ha sido la causa de muchas de mis discusiones matrimoniales. Que si no hay que llamar, que total no hacen caso, que sí que llamo porque así no se puede, que en fin...
La verdad es que como resultado de un programa integral de concientización y preparación de los choferes y empleados de las empresas responsables, el letrerito es (debe ser) una garantía de que el mismo funciona, sólo que me parecería que, a excepción de dos empresas que conozco, las demás no tienen un programa similar para preparar a los conductores antes de exhibir su destreza al volante en el país donde bien podríamos ganar el concurso de los que peor manejamos.

Es una gran oportunidad de llevar la responsabilidad social a niveles cotidianos. Con esto no digo que no esté bien sembrar el árbol, apoyar la cultura, donar a instituciones barriales, establecer museos o exhibiciones rescatadoras de nuestra identidad, patrocinar escuelas, abrir salas de cirugía y hacer otras tantas cosas que, en palabras de una persona con quien trabajé, en cualquier otro país le tocarían al gobierno pero gracias a Dios lo asume la empresa privada.

Sin embargo creo que una ejecutoria dentro de un programa de responsabilidad social que gire en torno al manejo responsable, a la civilización del tránsito en los alrededores y rutas de la empresa, a la concientización de los propios consumidores o usuarios de esa empresa, es un programa que salva vidas. En un país donde los accidentes de tránsito cobran más vidas que muchas de las enfermedades de moda (sin querer desensibilizarnos ante la fatalidad de una enfermedad), se hace imprescindible tener programas más efectivos. Al menos más efectivos que una vallita que vi un puente hace tiempo y decía "Ama al Prójimo como a ti mismo", en un esfuerzo de que los conductores maleducados reparen en que su conducta podía hacerle daño a los demás. JA. Como si en medio de un cortepatelito podemos destilar esa fina conclusión.

Ojalá esta reflexión llegue a oídos del Sr. Barletta, de la Sra. Villanueva, de los herederos Reid, de Avelino y de Don Avelino, de los Corripio y de tantos otros responsables en la industria importadora automotriz. Porque ellos también-casi más que los demás- podrían iniciar este tipo de programa de Responsabilidad Social. Ellos pueden "aplatanar" esa necesidad de las marcas internacionales de "conectarse emocionalmente" con sus consumidores y montar acciones que realmente cambien el rumbo de las calles de este país. Y aunque tal vez sería soñar demasiado, quizás hasta se puedan juntar todos para contribuir en una sola campaña que beneficie el tránsito del país.

Finalmente, claro que no son conclusiones mías por estar aquí sentada sin hacer nada. Lo oímos en cada grupo de enfoque, en cada conversación o discusión que observamos sin ser invitados, en nuestros múltiples viajes en el asiento de al lado...el tránsito es un desastre, es una fuente de stress, creemos que el otro es el que va mal, todos andamos apurados, siempre es culpa del Amet, del taxista, del camión, del carro público, del delivery, del chofer de la yipeta, de las mujeres, de los borrachos y etcétera.

Hablemos de este tema.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Talleres de 5 Hormigas Caribe: Abril 2008

Para los que han estado esperando y para los que ni idea tenían, aquí les avanzo datos de nuestros talleres para el mes de Abril:

Taller de Manejo de Marcas. Una reposición del exitoso taller que impartimos y en el que participaron ejecutivos, creativos, gerentes y otros profesionales del área y que cubre todo el manejo administrativo y estratégico de una marca desde el punto de vista de cuentas.

Taller de presentaciones. Un taller original en el que nos dejara de temblar la voz para contar los guiones de TV, ya no tendremos que cantar un jingle más si es que no lo sabemos hacer y podremos realmente aprender a manejar las presentaciones conceptuales que usualmente manejamos en nuestros negocios. Esta especialmente diseñado para gente de agencia o marketing que tiene que presentar ideas, ejecuciones y conceptos creativos o de medios. Todos los ejemplos están basados en la realidad.

Para los interesados, basta con escribirnos sus datos a 5hormigascaribe@gmail.com y a vuelta de correo (suena a TV barata, no?) les mandamos detalles específicos a sus inquietudes.

Confieso que he sido infiel

Después de una breve pero maravillosa relación con mi Ibook, la necia esa decidió fallarme, de modo que, dolida, tuve que prescindir de ella. Sin embargo, mi amor por su familia es tan grande que decidí mantenerme fiel e iniciar otra, ojala más duradera relación con una hermana o prima. Decidí por una MacBook. No era necesariamente la que más me gustaba pero cuando sacaba cuentas era probablemente la que mas rápido podría pagar.


Entre averiguaciones que llegaron al punto de perseguir especiales en Spirit para ir a por la nueva novia ya que no podía esperar por asuntos de trabajo, me topo con la noticia de que lo más barato que puedo conseguir es tenerla conmigo por 400 dólares más de lo que cuesta. Y digamos que al 34, son 400 y son de los buenos.

Por primera vez en todas las consideraciones de color, userfriendlybility, representación de mi personalidad, amor por sus comerciales, admiración por Mr. Jobs- con una cierta rabia, claro-, defensas públicas de como la manzana es más que un simple simbolito, intentos por robarme la de mi primo que es negra, y otras tantas más, se coló LA CONSIDERACION: en el fin de semana podía tener en mis manos por la módica suma de 685 dólares en total (solo 285 más que el excedente a pagar para tener mi MAC aquí en algún momento desconocido) una HP Special Edition, de cover blanco que según me explicaban por messenger, ante mi completa antiPCistica incredulidad, me haría olvidar rápidamente que quería una MAC así fuera una de las beige que había en FCB cuando empecé esta carrera.


Cedí. Claro. Y hoy escribo esta confesión de que le he sido infiel a MAC y que, contrario a lo que podría pensar, no tengo ningún remordimiento. Me sigue gustando su publicidad, sigo pensando que es y será siempre más que una manzanita, creo que hasta la defenderé pero definitivamente ahora soy una especie de Brand Advocate que no es usuaria -si tal cosa se justifica- a la que HP logró acceder sorteando todo tipo de barreras emocionales con la más básica de las herramientas de marketing (perdonan los especialistas en Pricing), el precio correcto en el momento correcto.