Si yo fuera Eduardo Estrella me trataría de ver como un producto entrante en un mercado tradicionalmente dominado por dos marcas y no como un relanzamiento de una versión anterior que quedó olvidada para fines prácticos aunque no nostálgicos.
Si yo fuera Eduardo Estrella me daría el lujo de potenciar el descubrimiento, a todas luces evidente, de que un buen porcentaje de la población encuentra que las opciones actuales no les satisfacen y que las pasadas, tampoco.
Si yo fuera Eduardo Estrella nunca hubiera atacado al gobierno actual, esa es la labor de la segunda marca en el mercado. Yo hubiera lanzado "la real alternativa" para un target emergente. Atacar al gobierno por sus deficiencias era contribuir a la causa blanca. Plantear sus puntos de vista como los de un grupo que no actua como vacas tal vez pudo haber sido más interesante, otra vez, en términos de marketing de producto, no sé si político (aunque los porcentajes hablan).
Si yo fuera Eduardo Estrella no dejaría ni por un segundo que me sigan haciendo esas versiones tan melodramáticas y de paso, falseadas, de comunicación.
Pero yo no soy Eduardo Estrella. Ni sé de política. Ahora...déjenme hablar un chín con él.
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